¿Cómo modular la voz?

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¿Cómo modular la voz? 

Habrás oído muchas veces de lo importante de saber modular la voz, pero, ¿Qué es? ¿Cómo se consigue? ¿Por dónde hay que empezar?

Comenzaré diciéndote que saber hacer un buen uso de tu voz no solo mejorará tus resultados en los negocios, el trato con los clientes, al hacer entrevistas de trabajo o a la hora de exponer una presentación en público. También te puede ayudar al socializar con los demás y esto es quizá lo más importante, porque afecta directamente a tu felicidad y al éxito en tu vida.  

Vamos a ir paso por paso.

¿Qué es la modulación de la voz?

Es la habilidad de saber jugar con el volumen, ritmo y tono a la hora de hablar.

Nos centraremos en estos 3 pilares fundamentales:

El volumen:

En una conversación o una presentación no podemos expresar todo con el mismo volumen. Esto sería aburrido, artificial y no expresaría sentimientos. 

¿Quiere decir eso que debo variar el volumen aleatoriamente o subir y bajar de manera monótona? NO!! Debe tener sentido y ser adecuado a la información, distancia con el/los oyentes y tamaño de la sala.

 


«Con las variaciones de volumen podemos influir en las emociones de los demás»


Por ejemplo ¿vas a mencionar una palabra o frase clave? Puedes aumentar el volumen, sin gritar, pero haciendo una clara distinción con el resto de la presentación. ¿Vas a decir algo emotivo, con lo que quieras tocar el corazón o remover los sentimientos de los demás? Puedes bajar el volumen, casi incluso susurrarlo, asegurándote de que te oigan todos los de la sala. 

Piensa que con las variaciones de volumen podemos influir en las emociones de los demás, no podemos dejar escapar esta valiosa herramienta al hacer una presentación. 

El ritmo:

Mantener el mismo ritmo en una conferencia o una conversación es lo más antinatural que uno se puede echar a la cara, un craso error que hará que la gente desconecte y te recuerden como un pelmazo, y eso no es lo que quieres. 

¿Cómo variar el ritmo adecuadamente? 

Me gusta comparar el ritmo con una montaña rusa.

Cuando subes a una lo que hace que tu corazón se acelere, que contengas el aliento o que tu adrenalina se dispare es precisamente eso: los cambios de ritmo. Ya sabes, la montaña rusa comienza despacio y va elevándose, poco a poco. Desde la altura te presenta un paisaje increíble y te deja observarlo. Entonces hace una estudiada pausa, ahí consigue que contengas la respiración porque sabes lo que viene después: el vagón se acelera y hace un descenso a una velocidad vertiginosa, tu adrenalina está disparada y un puñado de emociones te inunda. Los diseñadores de estas atracciones consiguen perfectamente su objetivo: que vivas una experiencia totalmente inmersiva. 


«El ritmo es como una montaña rusa: subir, bajar, acelerar, reducir  y estudiadas pausas que generan emociones»


 

¿Quieres conseguir que tus oyentes de verdad disfruten de tus presentaciones, o las personas de tu entorno de tus conversaciones?

Entonces es vital que aprendas a hacer buen uso del ritmo.

Por ejemplo, si vas a desvelar un dato clave en la disertación, puedes reducir levemente la velocidad en la frase anterior (ahí los demás empiezan a sospechar que algo va a suceder) y hacer una estudiada pausa justo antes de pronunciar esa palabra o frase clave, durante la pausa te aseguro que se generará expectación y los corazones latirán con más fuerza, entonces, después de haber desvelado ese dato clave puedes aumentar la velocidad en las siguientes frases, sin hacer prácticamente pausas e incluso elevando el volumen. ¿Puedes ver la montaña rusa en este ejemplo?

Te sugiero que te grabes para que escuches los resultados en ensayos previos, de nuevo te insisto que es clave que suene natural. 

El tono:

En español el tono es clave a la hora de comunicarnos, todos lo usamos de manera natural y sin prácticamente darnos cuenta. 

La pregunta entonces sería ¿le sacas partido cuando hablas en público?

En primer lugar: ¿Qué es el tono?

El tono es la interpretación que damos a unas palabras o frases, y donde los demás pueden percibir un estado de ánimo, la actitud hacia algo o alguien o si interpretamos a un personaje entre otras muchas cosas.

Nada tiene que ver con el volumen y se suele confundir con facilidad. Lo que es más alto o más bajo es el volumen, y no el tono.

Por ejemplo, alguien puede ofendernos por hablarnos en «tono» despectivo, y esto nada tiene que ver con el volumen con que lo haga, puede que nos lo diga gritando pero también puede que nos lo diga en voz baja o en un volumen normal de cualquier conversación. Lo que nos ofende no es el volumen de sus palabras, sino el tono. Y hasta puede que nosotros mismos le hayamos respondido diciendo: No me hables en ese tono.


«El tono no es lo que decimos, es CÓMO lo decimos»


 

Una misma palabra o frase, variando el tono, puede transmitir muchos estados de ánimo totalmente diferentes entre sí: enfado, alegría, tristeza, decepción, sospecha, miedo… 

Por ejemplo, la frase “Me han dicho que sí” no la dirá con el mismo tono un niño que ha preguntado a sus padres si puede jugar un rato más en casa de su amigo que un niño que ha preguntado si estará castigado por alguna trastada que ha hecho.

Es un ejemplo simple, pero ayuda a entender qué es realmente el tono: lo que transmitimos a otros no solo con lo que decimos, si no con CÓMO lo decimos. 

Variar el tono en una presentación, discurso o una simple conversación es fundamental. Transmite confianza y profesionalidad, sinónimos del éxito. Si no lo haces tu presentación será plana, sosa, monótona. Como si un pianista tocara todo el tiempo la misma nota y sólo variara el volumen y el ritmo, pero con la misma nota todo el concierto. Aburrido ¿verdad?

Por eso, asegúrate de que eres capaz de transmitir diferentes emociones con el tono apropiado, interpretar diferentes personajes si los hay, por ejemplo al hacer una lectura pública.

Así que esto es lo que hay: El tono es la clave y el gran desconocido cuando se suele hablar de modular de manera profesional.

Por último te daré dos consejos:

1. Escucha mucho a oradores y lectores profesionales, locutores, presentadores, actores de doblaje… profesionales de la voz que han aprendido a evitar errores,  de ellos podrás aprender matices, están ahí, solo tienes que poner oído.

2. Grábate y practica, practica y practica.

 

Espero haberte ayudado con este post, puedes dejar un comentario si quieres. ¡¡Hasta otra!!!

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